Las tribulaciones de la camarada Zoia
Sólo en un lugar del Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública tropecé con una persona apasionadamente convencida y yo la admiré con toda sinceridad. Era una mujer, a juzgar por la indumentaria, pero, probablemente; se trataba de un ser asexual: baja de estatura, con un rostro caballuno, una tabla rasa en vez de pecho y unos pies enormes y desgarbados. Continuamente agitaba sus manos rojas, bien accionando, bien arreglándose unos mechones lacios de pelo color de paja clara. Todos la llamaban la camarada Zoia.
Antón Makarenko. Poema pedagógico
Me encantó la descripción que hizo Makarenko de esta "señorita camarada", apasionada por la corriente de la Nueva Escuela creada en EU por Dewey y Kilpatrick, y que tiene sus raíces más profundas en el famoso Emilio de Rousseau. Lo que sea de cada quien, yo me identifico con la camarada Zoia, y no tanto en cuanto al físico o a su "soy fan del niño feliz", sino por su profunda convicción de que lo que Makarenko hacía era malo (cosa que yo no comparto).
En mi caso, yo considero que (obviando el hecho de que mi respeto por Makarenko y la pedagogía soviética aumentó después de leerme el Poema pedagógico) que mi convicción feroz se ha estado enfocando en los últimos dos años en lo que está mal en nuestro sistema educativo. Por eso el título de la página.
Bueno, en esta página he agrupado mis entradas relacionadas con mis preocupaciones en educación, de las cuales pueden ver el listado aquí más abajo:
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